Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son una estrategia global que apunta a obtener un mundo más equitativo y justo. Estos objetivos están organizados en 17 ODS, detallando 169 metas. Diferentes instituciones internacionales han enfatizado la relevancia de la educación para el desarrollo de ciudadanos que contribuyan al logro de los ODS para 2030. Sin embargo, aún no se ha realizado una revisión centrada en la educación física (EF). Por tanto, el objetivo de este trabajo es doble. Primero, analizar y seleccionar los ODS específicos que se pueden implementar en el área de educación física. Segundo, relacionar estos objetivos específicos con los diferentes modelos basados en prácticas de educación física. Esta revisión mostró cómo tres documentos institucionales han relacionado previamente el deporte, el ejercicio físico y la educación física con ODS específicos. Según la búsqueda realizada,
Nota: Los siguientes contenidos se extraen de su artículo. La entrada estará en línea solo después de que el autor la verifique y envíe.
La creciente preocupación mundial por cuidar el planeta y garantizar la prosperidad para todos significó que, para 2015, las Naciones Unidas establecieran una serie de objetivos mundiales [1]. Estos objetivos se agrupan en 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que a su vez se dividen en 169 metas específicas que detallan y especifican cada uno de los ODS [2]. Esta propuesta de sostenibilidad global se enmarca bajo el concepto “Agenda 2030” y enfatiza que todos los niveles de la sociedad, tanto colectiva como individual, deben contribuir al logro de los ODS [3]. Además de centrarse en la ecología como eje central, estos objetivos incluyen problemas adicionales como la producción circular, la generación de residuos, la pobreza o la salud y el bienestar, el desarrollo urbano o la paz, entre otros [1]. De esta forma se cubrirán muchos ámbitos de intervención, no solo ambiental, sino también económico, ético y sociológico [4], con un propósito claro, como equilibrar el desarrollo actual con el progreso futuro. Sin embargo, aunque los ODS son una propuesta que se alcanzará en 15 años (2015-2030), algunas investigaciones han destacado que el ritmo de consecución de los ODS no es tan rápido como se esperaba [5]. Por tanto, todas las instituciones gubernamentales y no gubernamentales deben colaborar para facilitar la consecución de estos objetivos [6].
Dentro de estas instituciones, la educación debe ser considerada un factor clave para la consolidación de hábitos sostenibles en las generaciones futuras [7,8]. El Decenio de las Naciones Unidas de la Educación para el Desarrollo Sostenible (2005-2014) [9] ya detalló esta importancia, señalando la integración de acciones de desarrollo sostenible en todos los aspectos de la educación para promover cambios en el conocimiento y las actitudes hacia la sostenibilidad. Por tanto, a nivel institucional, la educación, en toda su amplitud, es uno de los principales ejes sobre los que estructurar la sostenibilidad [10]. Lauder y col. [11] destacó la importancia de la educación para responder a los problemas socioambientales del planeta. Esta importancia es reconocida por Sachs [6], quien destacó cómo la educación fue un factor clave para lograr la propuesta de larga data de los Objetivos del Milenio.
Aunque la educación se aborda directamente en el ODS 4, “Educación de calidad”, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) [12] estableció el concepto de Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS), cuyo objetivo es empoderar a los estudiantes para que tomen decisiones responsables en pos de una sociedad justa, con integridad económica y ambiental en las generaciones presentes y futuras. Se ha señalado que los docentes juegan un papel decisivo en la EDS como responsables de la educación de las generaciones futuras [13]. Sin embargo, las diferentes instituciones deben aclarar sus objetivos, indicadores y acciones concretas sobre los ODS para desarrollar marcos de resultados y recopilar datos sobre el nivel de logro [14].
El estudio del deporte y la actividad física (AF) perteneciente a los ODS ha sido realizado principalmente por tres instituciones. Primero, la Sexta Conferencia Internacional de Ministros y Altos Funcionarios Responsables de la Educación Física y el Deporte (MINEPS VI) [15]. Esta Conferencia identificó tres amplias áreas de intervención que tenían como objetivo (i) desarrollar una visión inclusiva del acceso para todos al deporte, la educación física (EF) y la AF, (ii) maximizar la contribución del deporte al desarrollo sostenible y la paz, y (iii) proteger la integridad del deporte. Este artículo revisa los distintos ODS propuestos para destacar aquellos relevantes para la AF y el deporte (Tabla 1). Sin embargo, el papel de la EP en la Agenda 2030 no se establece específicamente. Paralelamente a MINEPS VI, el Commonwealth publicó un documento en el que se aclaraba la contribución del deporte a los ODS [16]. Este documento tuvo la particularidad de establecer una serie de indicadores y logros que medirán la contribución de los diferentes ámbitos asociados al deporte de forma más objetiva a la hora de desarrollar los ODS. Al mismo tiempo, sirvió de referencia junto con las indicaciones presentadas en MINEPS VI, para publicar un nuevo informe detallando en qué metas específicas de cada ODS se podrían trabajar a través del deporte [14], sin embargo, no se detallaron las especificidades en materia de EF. .
Finalmente, en 2019, el Consejo Iberoamericano del Deporte y la Secretaría General Iberoamericana publicaron conjuntamente un informe que establece el deporte como herramienta para trabajar hacia el desarrollo sostenible [17]. En este caso, seleccionaron aquellas metas de los ODS que podrían trabajarse a través de la EF, la práctica deportiva o el deporte como institución, estableciendo un análisis exhaustivo de cómo ocurriría esta relación (unidireccional o bidireccional) y propusieron una serie de estrategias y alianzas para la promoción del desarrollo sostenible. Los principales hallazgos de este informe fueron que no todas las metas específicas para cada objetivo tienen la misma direccionalidad y ramificaciones con el deporte, destacando en cambio una relación directa con ocho de los 17 ODS y 19 de las 169 metas específicas (Tabla 1). Otro ejemplo de la relación del deporte y la AF con los ODS se refleja en la revisión narrativa de Day y Menhas [18]. Sin embargo, nuevamente, estos autores no pueden separar la relación entre la EF y los objetivos específicos propuestos por la UNESCO. Finalmente, otras instituciones como la OMS han confirmado estas relaciones y mostrado los beneficios sanitarios, sociales y económicos de contribuir a 13 de los 17 ODS, pero no especifican metas concretas en las que se pueda trabajar. Más bien, estas propuestas institucionales enfatizan el análisis unificado del concepto de deporte, ejercicio físico y AF, tanto que MINEPS VI [15] comienza considerando esta apreciación conceptual, “el término“ deporte ”se utiliza como un término genérico que incluye deporte para todos, juego físico, ocio, danza, y organizado, improvisado, competitivo, deportes y juegos tradicionales e indígenas en sus diferentes manifestaciones ”(p.1). Por el contrario, el Commonwealth detalla las diferencias terminológicas entre deporte, deporte organizado, AF, ejercicio físico, EF y EF de calidad [14]. Sin embargo, a pesar de reconocer estas diferencias, la selección de metas de cada ODS se percibió desde una perspectiva general del deporte.
En definitiva, resulta de especial interés y necesidad establecer puntos de encuentro para abordar los diferentes retos del futuro desde un enfoque multidisciplinar, y es ahí donde reside el principal objetivo del estudio a la hora de establecer las posibles relaciones entre la EF, como disciplina que tiene entre otros objetivos curriculares la AF en el medio natural como disfrute y cuidado del medio ambiente, y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a partir de la revisión, análisis y relación de las diferentes metas específicas. Se propone específicamente analizar las posibles relaciones de los nuevos modelos pedagógicos en EF como motor de cambio metodológico, con las metas derivadas de la Agenda 2030 para sentar las bases de futuras investigaciones relacionadas con el trabajo que se puede realizar desde los centros educativos. ,
This entry is adapted from the peer-reviewed paper 10.3390/ijerph18042129